Harald, el rey de los vikingos, muere durante una batalla contra los britanos. Uno de sus dos hijos, Eron, es puesto a salvo, mientras que el otro, Erik, es adoptado por Alicia, la reina de Britania. Veinte años después, Eron encabeza la ofensiva vikinga contra los britanos y, por otro lado, Erik está al mando de la flota real de Britania. Los dos jóvenes desconocen su verdadera historia y se enfrentarán para defender sus respectivos bandos.