Un periodista británico que intenta entrevistar a Edgar Allan Poe durante la visita que el escritor americano hace a Londres termina liado en una curiosa apuesta. Un noble llamado Lord Blackwood le desafía a pasar esa noche (la de difuntos) en una de sus propiedades: una mansión supuestamente embrujada. De la que, por cierto, no ha salido vivo ninguno de los que, con anterioridad, han intentado hacer lo mismo. Como es natural, el periodista acepta el reto.